"Sería el pago más importante de este tipo hecho jamás en Estados Unidos", según la compañía
Apple aprovecha la reforma fiscal del presidente Donald Trump para repatriar a EE.UU. gran parte de los beneficios obtenidos en el extranjero, aunque no especifica cuánto.
La multinacional pagará alrededor de 38.000 millones de dólares en impuestos e invertirá decenas de miles de millones en empleos, fabricación y centros de datos en territorio estadounidense en los próximos 5 años.
Esa repatriación está amparada en lo recogido en la reforma fiscal aprobada a fines del año pasado, que busca, entre otras medidas, convencer a las empresas estadounidenses para que repatríen sus capitales reduciendo las cargas fiscales.
Antes de la reforma fiscal, los beneficios obtenidos en el exterior estaban exentos de impuestos en caso de estar "aparcados" en el exterior pero tributaban 35% en caso de ser "repatriados" a Estados Unidos.
Según la normativa anterior, la compañia tecnológica habría pagado casi 3 veces más, hasta 100.000 millones.
La reforma ofrece a las empresas repatriar los beneficios a tasas que varían entre 8% y 15,5%. Esta ventana, limitada en el tiempo, se aplica incluso si los beneficios no son repatriados.