Volkswagen ha suspendido del cargo a su responsable de relaciones exteriores, Thomas Steg, por su posible relación con los polémicos experimentos realizados con personas y monos para comprobar la toxicidad de la combustión del diésel.
PUBLICIDADPrimero probaron con monos y luego con personas. El escándalo de las cobayas humanas utilizadas por la poderosa industria automovilística alemana para saber cómo les afectaban las emisiones de los motores diésel se ha cobrado la primera víctima. Thomas Steg, responsable de relaciones públicas del grupo Volkswagen, ha sido suspendido de su cargo mientras se realiza una investigación interna sobre lo ocurrido. La ministra alemana de Medio Ambiente, Barbara Hendricks, ha condenado desde Bruselas estos polémicos experimentos... y ha visto como la Comisión Europea le instaba a adoptar medidas urgentes contra sus responsables.
La pruebas se realizaron entre los años 2012 y 2015. En Alemania, 25 personas sanas inhalaron dióxido de nitrógeno durante horas, en Estados Unidos, 10 monos fueron sometidos a una dosis mucho mayor. El escándalo enturbia aún más la imagen de una industria ya oscurecida por el fraude en las emisiones contaminantes de los vehículos diésel.