Un guiño al pasado suizo de Kim Jong un y una serie de cuidados platos cargados de simbolismo se han servido durante el encuentro que puede convertirse en el principio de la reconciliación.
El menú político ha sido más o menos desvelado: desnuclearización de la Península coreana, reconciliación, e intentos de avanzar hacia la paz completa.
La Casa Azul, la residencia presidencial surcoreana, presentó hace unos días el cuidado menú con el que han agasajado al antiguo rival del norte Kim Jong un.
Como cada gesto durante la visita, todos los elementos son un guiño a la reconociliación, incluyendo una sorprendente referencia al pasado suizo de Kim Jong un.
Los chefs de la residencia presidencial han preparado un "rosti", una receta suiza con queso y patatas fritas reinterpretado.
Otro de los platos es un pescado que recuerda la infancia del presidente surcoreano Moon Jae in en la ciudad costera de Busan.
El presidente norcoreano ha aportado unos fideos del famoso restaurante Okryugwan de Pionyang.
El postre trajo algún problema diplomático porque la representación de la Península Coreana unificada que reposa sobre la mousse de mango incluye unas islas reclamadas por Japón. Los postres han sido bautizados "Recuerdos de Suiza".
Los ravioli al vapor rellenos de pepino de mar y verrugato de la isla de Gageodo son un homenaje a la tierra natal del Nobel de la Paz surcoreano Kim Dae jung.
La carne también tiene su historia: es la misma granja de la que provenía el ganado que cruzó la frontera en 1998, regalo de Chung Joo youg, antiguo presidente honorario de Hyundai.
Estas son las imágenes de los cuidados platos, nueve en total, que se han servido.