En 2010, el bailaor e instructor Jose Galán creó la Compañía de Flamenco inclusivo, que integra en el cuerpo de danza a bailarines discapacitados.
En 2010, el bailaor e instructor Jose Galán creó la Compañía de Flamenco inclusivo, que integra en el cuerpo de danza a bailarines discapacitados.
Uno de sus objetivo es usar el flamenco como instrumento de integración sociales. Organizan talleres y cursos con diferentes organismos como la Organización Nacional de Ciegos española, ONCE, y la Asociación de Daño Cerebral Adquirido en Sevilla (DACE).
La compañía integra en sus talleres a ciegos, personas con síndrome de Down y otras discapacidades. José trata de transmitir a sus estudiantes las posiciones básicas del flamenco y el ritmo, con especial atención sobre la improvisación y la expresión personal cada bailarín.
En estos talleres, el baile está orientad como terapia para mejorar su calidad de vida. Así, la danza beneficia de diversas maneras: físicamente, mejorando las condiciones personales, el control de movimientos; cognitivamente, que incluye el desarrollo de la concentración y memoria. También beneficios socioafectivos, impulsando la motivación y el trabajo en grupo, el incremento de la autoestima; y por último emocionales, desarrollando la sensibilidad y la creatividad.
Lola López, una de las participantes, dice que el descurimiento de la compañía ha sido “más que bailar” porque con esta forma de arte puede expresar sus “sentimientos y emociones”, en definitiva “lo que llevo dentro”.
En julio de 2016, Galán recibió el premio Solidarios de la ONCE Andalucía por su compromiso y el desarrollo de sus espectáculos inclusivos, por su esfuerzo en descubrir nuevos talentos y darles una oportunidad.
Desde su fundación en 2010, la compañía ha participado en eventos tan importantes como la bienal de Sevilla, los festivales de flamenco de Luxemburgo y Düsseldorf.
También participan regularmente en eventos internacionales que mezclan arte y discapacidad como el Festival Internacional Escena Mobile de Arte y Discapacidad en Sevilla.
Como dice Galán: “el flamenco es un sentimiento, y sentir no tiene barreras”.