La victoria de Corea del Sur sobre Alemania desata el delirio de la afición mexicana, que celebra el pase a octavos frente a la embajada del país asiático en Ciudad de México.
PUBLICIDADMéxico y Corea del Sur, unidas por el fútbol. La clasificación este miercoles del Tri para los octavos de final del Mundial trajo consigo una celebración tan improvisada como peculiar. Cientos de aficionados se dieron cita en las puertas de la embajada de Corea en Ciudad de México para celebrar la victoria del equipo asiático sobre Alemania, gracias a la cual los aztecas accedían a octavos.
Una fiesta de hermandad futbolística que no quisieron perderse ni los propios miembros de la embajada surcoreana. Según muestran algunas imágenes, el consejero de la embajada, Sun Tae Park, fue llevado a hombros por la afición y vestido con el característico sombrero del país, y el propio embajador Kim Sang-il tampoco quiso perderse la fiesta. Las palabras de Bjoung-yin Han, cónsul general de la embajada, reflejaban el sentir general: "hoy no hay diferencias entre mexicanos y coreanos".