Las gemelas, Monica Sparks y Jessica Ann Tyson, quieren prestar servicio a la comunidad del condado de Kent, en Michigan y para ello deberán enfrentarse en las urnas el 7 de agosto.
Las gemelas, Monica Sparks y Jessica Ann Tyson, quieren prestar servicio a la comunidad del condado de Kent, en Michigan y para ello deberán enfrentarse en las urnas el 7 de agosto. El “conflicto” empezó cuando Tyson postuló en el ayuntamiento para el mismo puesto que su hermana, pero en el partido contrario.
Sin embargo, las dos mujeres no dejan que la política influya en su relación fraternal y respetan las decisiones de cada una. Ambas aspiran a vivir ayudando a los demás y a reducir la discordia entre los dos partidos, republicano y demócrata, especialmente ahora con la crispación del clima político tras la elección de Trump.
"Tenemos que empezar a entendernos”, afirma Monica Sparks. “No me importa cuál sea tu afiliación política. Todos tenemos problemas y necesitamos encontrar la forma de trabajar juntos”.
Las dos no entienden porque la gente se odia entre sí, incluso dentro de las familias, para ellas es lo primero.
Las hermanas respetan sus diferentes puntos de vista, pese a los numerosos debates políticos entre ellas y consideran que la capacidad de escuchar es esencial.
"La gente está amargada porque se siente privada de sus derechos", dice Sparks. "Si vienes con los oídos abiertos, la mente abierta y el corazón abierto", apunta, "entonces seremos capaces de encontrar soluciones".
Las hermanas forjaron un vínculo inquebrantable durante la infancia y aseguran que son un ejemplo de superación en todos los sentidos.
Una historia de abuso y superación
Nacieron en 1972, su madre era adicta a la heroína y fueron forzadas a ir a un hogar de acogida a la edad de cinco años, en el cual las maltrataron.
Sparks cuenta que fueron abusadas "emocional, física y sexualmente", Tyson recuerda a su hermana rebuscando entre los cubos de basura en busca de comida.
"Pasamos por mucho juntas", dice Tyson. "Y juntas conseguimos superarlo".
Las niñas fueron finalmente adoptadas por unos buenos padres, quienes les inculcaron un sentido del deber cívico. Por ese motivo, las gemelas desde la edad adulta, se ofrecen voluntarias para diversas causas y, ahora, esperan entrar en política.