España e Italia, frente a la llegada masiva de los inmigrantes

Diferentes fronteras, muchos países implicados, distintas caras de la misma crisis: la de los inmigrantes.
Hasta 2014 parecía un problema exclusivamente italiano y varios gobernos europeos se negaron a financiar las diferentes operaciones que se llevaron a cabo. Pero después de la Ruta de los Balcanes del verano de 2015, Grecia, Hungría y Alemania se convirtieron en destinos suficientemente atractivos para los migrantes que huían de Siria y otros países.
2016 fue sin embargo un año récord en la llegada a Italia de inmigrantes procedentes de Libia. Solo en los primeros 8 meses se superaron los 100.000. La cifra se mantuvo muy alta también en el 2017, pero descendió al año siguiente tras el acuerdo firmado con Libia por el entonces ministro de Asuntos Exteriores (Marco Minniti) y tras el reciente cierre de los puertos decidido por Matteo Salvini.
Italia y España, tendencias opuestas
Las cifras del país transalpino muestran un claro desequilibrio respecto a las de España. En el 2016 llegaron siete veces más inmigrantes a Italia. La diferencia se redujo la mitad el siguiente año y la tendencia cambió por completo en este 2018. En el primer semestre de este curso han llegado a España 29.541 inmigrantes, siendo el país que más ha recibido por mar.
Hungría cierra sus fronteras
Uno de los Estados que más se opone a la acogida de inmigrantes es la Hungría de Viktor Orbán. El número de solicitantes de asilo en Budapest ha descendido significativamente en los últimos dos años, de casi 30.000 en 2016 a sólo 453 en el 2018. Hungría está fuera de los mapas de migración masiva desde el acuerdo con la Turquía de Erdogan, de ahí las bajas cifras.