Las protestas se suceden día tras día en la ciudad alemana de Chemnitz, en el este del país. Manifestaciones xenófobas pero también antiracistas como lo que este domingo se desarrollaba entorno a una iglesia. Sus asistentes pedían pacíficamente al resto de vecinos que reaccionen.
PUBLICIDADLas protestas se suceden día tras día en la ciudad alemana de Chemnitz, en el este del país. Manifestaciones xenófobas pero también antiracistas como lo que este domingo se desarrollaba entorno a una iglesia. Sus asistentes pedían pacíficamente al resto de vecinos que reaccionen ante lo que está ocurriendo en la ciudad.
"Estos actos son contrarios al derechos. Queremos ser una sociedad abierta y acogedora en la que todos podamos convivir", señala una mujer.
Grupos de neonazis han protagonizado en los últimos días protestas violentas contra los extranjeros después de que un hombre muriese apuñalado el 26 de agosto, presuntamente a manos de dos solicitantes de asilo.
Consciente de ello el ministro alemán de Exteriores ha llamado a los ciudadanos a "levantarse del sofá y abrir la boca para mostrar su repulsa ante los sucesos racistas en la ciudad.
"Me alegro que haya tantos demócratas honestos que también muestran su opinión. También en Chemnitz dejan claro que la gran mayoría de los alemanes quieren vivir en un país tolerante y cosmopolita, Aquellos que no son así son una minoría. Puede que sean más ruidosos de lo que cabría desear, pero la voz de la gente decente debe de ser más fuerte de lo que viene siéndolo", señala el ministro de Exteriores alemán.
El sábado la ciudada acogió una marcha ultraderechista y varias contramanifestaciones. Una jornad que, según la Policía alemana, concluyó con al menos 18 heridos, entres tres policías, y 37 denuncias por distintos delitos.