Los representantes de Italia y Austria abogan porque las personas rescatadas permanezcan en los barcos hasta que se haga un primer examen sobre las posiblidades de que puedan alcanzar el estatus de refugiado.
El descaro de la extrema derecha en Europa va en aumento. Esta vez ha sido en Viena, en una conferencia ministerial con representantes comunitarios y africanos. Austria, país anfitrión y que ostenta la presidencia de turno en la Unión Europea, e Italia, con dos gobiernos de corte ultranacionalista, han propuesto que los inmigrantes rescatados permanezcan en los barcos hasta que se haga una primera evaluación sobre las posibilidades de alcanzar el estatus de refugiado. El representante del país centroeuropeo, además, ha criticado al comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramópulos, por descartar que los países africanos acojan plataformas de desembarco para las personas a las que se recoja en el mar. Y Matteo Salvini, ministro de Interior del país transalpino, ha negado un acuerdo bilateral con Alemania hasta que esa país no ayude a cambiar la normativa comunitaria sobre la materia.
Por si no fuera suficiente, Salvini se ha enzarzado en una fuerte discusión con el representante de Luxemburgo, Jean Asselbom, en la que le ha reprochado a este último que se mostrara favorable a la inmigración a causa del envejecimiento de Europa, facilitando la llegada de "esclavos" y alegando que el prefiere "ayudar a los italianos a tener hijos". En un hecho inédito en este tipo de encuentros, la escena fue grabada por un colaborador de Salvini, que luego la publicó en la 44 s redes sociales.