A la búsqueda de migrantes en el Mediterráneo desde el cielo

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Por Anelise Borges
A la búsqueda de migrantes en el Mediterráneo desde el cielo

A 2.000 pies de altura (algo más de unos 600 metros), el Mediterráneo parece infinito, idílico, de un azul intenso. Pero esta gran masa de agua que separa África de Europa, esconde un lado oscuro.

Mientras haya gente lo suficientemente desesperada como para cruzar el mar, continuaremos nuestra labor.

Benoit Micolon Miembro de 'Pilotos Voluntarios'

Se ha convertido en la travesía más mortífera del mundo para los migrantes y refugiados que huyen de la pobreza y la violencia.

El año pasado, más de 3.000 personas se ahogaron en estas aguas.

Benoit Micolon decidió actuar. Junto a su amigo, José Benavente, compró una avioneta y comenzó a llevar a cabo misiones de vigilancia sobre las aguas internacionales frente a la costa de Libia.

Su objetivo es evitar que los migrantes se ahoguen. Para ello, localizan las embarcaciones antes de que sea demasiado tarde. Después, solo pueden esperar que sean llevados a un lugar seguro.

Hoy Benoit vuela junto a Carola. Ella es nuestro piloto y es la única que puede comunicarse con las autoridades en tierra. Pocas horas después del inicio de nuestra misión, vislumbramos una embarcación. Se trata de una balsa de caucho, como la mayoría de las se encuentran, pero es poco común que logren recorrer una distancia tan larga, ya que estamos a unos 150 kilómetros de la costa libia.

Otro miembro de 'Pilotos Voluntarios' que se encuentra en tierra se comunica con las autoridades. Sin embargo, ningún barco de la guardia costera puede desplazarse. Sin barcos humanitarios presentes en la zona, Benoit y Carola deben encontrar una solución.

El compañero que se encuentra en tierra, concretamente en Italia, nos aconseja buscar un barco en los alrededores que pueda ayudar a la embarcación porque no puede coordinarse con las autoridades libias, ya que estamos muy lejos de la costa. La alternativa es encontrar un buque de carga, un petrolero, un pesquero, cualquier barco que esté dispuesto a socorrerlos.

Benoit se ve obligado a volar lejos de la embarcación de migrantes. Sabe que no tienen mucho tiempo por delante ya que la barca ha estado en el agua durante al menos 12 horas y podría desinflarse y hundirse en cualquier momento.

Un carguero de Singapur se encuentra a pocos kilómetros de distancia. Carola envía una señal de socorro. Después de varios intentos fallidos, el capitán del barco recibe el mensaje y dice que ayudarán a la embarcación...pero nuestro avión no puede quedarse para asegurarse de que esto ocurra. Debemos volver a tierra.

Volvemos a Lampedusa después de 4 horas y media de vuelo ya que está atardeciendo y no podemos arriesgarnos a volar de noche. Sabemos que otra embarcación ha sido detectada no muy lejos de aquí pero no tenemos tiempo suficiente para comprobar su estado.

Si hay algo de lo que estamos seguros es que esto continuará. Todos los que participan en este tipo de misiones dicen lo mismo: los barcos continurán llegando mientras la gente siga teniendo la necesidad de venir a Europa.

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Personas como Benoit y Carola se esfuerzan para ayudar a salvar vidas pese a encontrar muchos obstáculos en el camino.

Los voluntarios dicen que su trabajo es cada vez más difícil por culpa del sentimiento antiinmigración que está creciendo en Europa.

Además, su labor depende directamente de las donaciones. Pero Benoit y Carola dicen que mientras haya gente lo suficientemente desesperada como para cruzar el Mediterráneo, continuarán a bordo del 'Colibrí', que, al igual que el de la leyenda de los nativos americanos, está tratando de "cumplir su misión".

Fuentes adicionales • Traducción y voz en off: Yaiza Martín-Fradejas