Balance de daños en Mallorca, ¿qué falló?

La imágen del día después es desoladora. Decenas de familias lo han perdido todo tras las fuertes trombas de agua que han arrasado la isla de Mallorca. Las calles están cubiertas por el fango. Los coches, volcados y arrastrados por la corriente, como todo lo que había a su paso.
Una mujer cuenta la experiencia de su madre: "dijo fui a la cocina a ver por dónde me entraba el agua y al girarme ya era una tromba de agua increíble y dice que tuvo que salir por una ventana y hay dos palmos de barro, los muebles pues todos tirados, ropa, fotos, todo, todo tirado".
La localidad de Sant Llorenç ha sido la más afectada. El agua ha llegado a entrar por las ventanas de las casas. Cayeron hasta 233 litros por metro cuadrado en apenas dos horas. Y el balance de daños humanos es todavía peor. Doce personas han muerto y un niño de cinco años continúa desaparecido.
Más de doscientas personas tuvieron que ser desalojadas de sus viviendas ante el desbordamiento del torrente.
Un jóven logró salvarse por poco cuando la riada le sorprendió en su coche. "Estaba yo grabando el torrente, el montón de agua que pasaba que yo veía que iba casi arriba del todo, cuando veo que sube por encima del puente y fue cuando paré el móvil y me asusté, dije tengo que salir de ahí. Pongo marcha atrás, me voy para atrás hasta la carretera, pero cuando llegué a la carretera me vino el agua de atrás. Ya me cogió la ola de adelante, la ola de atrás ¡Y me quedé con el coche que iba flotando!"
¿Qué falló para que el resultado fuera tan devastador?
La orografía pronunciada y la falta de previsión agravaron la magnitud de las inundaciones. Los desbordamientos y riadas han revelado fallos en el urbanismo y también en la coordinación.
La localidad de Sant Llorenç se ha ido expandiendo en los últimos años hacia el lecho del torrente, cuya canalización de hormigón no tiene la suficiente capacidad de desagüe. Además, la reacción de las autoridades fue tardía y descoordinada.
Hace casi 30 años ocurrió una inundación similar en S'Illot. De haber tomado mayores precauciones, se quejan algunos, se podría haber evitado una de las tragedias más graves causadas por las lluvias en España en los últimos 25 años.