La primera ministra británica prepara con sus colaboradores más fieles otra semana tumultuosa ante la amenaza de una moción de confianza.
Theresa May, prepara otra semana tumultuosa rodeada de sus fieles, en la que no sólo se juega el futuro del Brexit o el cargo de primera ministra, sino también su propio liderazgo al frente de los conservadores.
Su propuesta de acuerdo con Bruselas ha provocado la salida de cuatro ministros de su gabinete al tiempo que ha recuperado algunos aliados de toda la vida como Amber Rudd.
"No es momento de cambiar de líder, es el momento de aunar esfuerzos, y asegurarnos de recordar que estamos aquí para servir, que estamos aquí para ayudar, se trata de todo el país", ha destacado Amber Rudd.
May mantiene el apoyo de dos pesos pesados entre los más euroescépticos como son Liam Fox y Michael Gove que quieren presionar a la primera ministra para que mejore algunos puntos del acuerdo.
"Pienso que es absolutamente vital que nos centremos en conseguir un buen acuerdo para el futuro, asegurarnos de un buen resultado en los aspectos que resultan tan importantes para los británicos", ha dicho el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove.
Ante tanta amenaza, Theresa May ha situado a Stephen Barclay como ministro para el Brexit en sustitución de Dominic Raab, que dimitió el jueves.
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Mientras, un grupo de parlamentarios conservadores con Steve Baker como cabeza más visible ultiman una moción de confianza.
La primera ministra insiste en la prensa británica en que la alternativa de los que llama "rebeldes", que proponen un acuerdo con Bruselas como el que tienen Noruega o Canadá "no funcionaría".