Macron, contra las cuerdas, negociará con los chalecos amarillos

Francia hierve por la crisis de los chalecos amarillos. La presión sobre el presidente Emmanuel Macron es enorme tras la jornada de violencia del sábado pasado, que incluyó un ataque sin precedentes contra el Arco del Triunfo, uno de los símbolos de la República Francesa.
Macron, obligado a negociar con el movimiento amarillo y los otros partidos políticos
Nada más llegar de la cumbre del G20 en Argentina, Macron mantuvo una reunión de crisis con su gabinete en el Palacio del Elíseo, en la que ordenó abrir una gran ronda de consultas con todos los líderes políticos y los representantes del movimiento de protesta.
Después, con rostro circunspecto y sin hacer declaraciones, el presidente francés recorrió los escenarios de los disturbios en París. Pese a la gravedad de la situación, el Gobierno descarta declarar el estado de urgencia.
"No estoy segura de que hayamos llegado a ese punto -afirmó la ministra de Justicia, Nicole Belloubet-. Creo que hay otras soluciones al restablecimiento del estado de urgencia".
El sábado pasado, tercera jornada de manifestación a nivel nacional del movimiento amarillo, dejó 263 heridos, 133 de ellos en París, más de 400 detenidos y un país conmocionado.