La osadía de ser cristiano converso en Argelia

La osadía de ser cristiano converso en Argelia
Derechos de autor REUTERS/Abdelaziz Boumzar
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Por Euronews con EFE
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Diecinueve religiosos fueron beatificados este fin de semana en la ciudad argelina de Orán, en el primer acto de este tipo que la Iglesia Católica celebra en un país de mayoría musulmana. Dos eran misioneras españolas asesinadas a tiros en Argel en 1994.

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Escasos en número, perseguidos en muchas ocasiones pese a que la Constitución argelina garantiza la libertad de culto, los cristianos argelinos viven su fe con discreción, condicionados por el temor y el recuerdo de la guerra civil, que entre 1992-2002 sumió el país en el terror.

"Los cristianos estamos convencidos de nuestra religión y de que estamos en el buen camino practicándola, pese las dificultades que afrontamos", explica a Efe el padre Yalili, cura en la Cabilia, la región de Argelia con mayor número de mezquitas por metro cuadrado.

"Los cristianos intentan y hacen lo posible para propagar esta religión, ya sea de manera secreta o pública", admite.

Es una tarde apacible en las montañas de la costa noreste de Argelia y de decenas de familias cabiles cristianas comienzan a llenar la iglesia evangélica de Ouadhia (Iwadiyen en lengua bereber), situada cerca de la capital Tizi Uzu.

Muchos son conversos en un país de mayoría musulmana en el que, según cifras de la ONU, viven unos 45.000 católicos y entre 50.000 y 100.000 protestantes, con un promedio de 7.000 conversiones al año, principalmente en la propia Cabilia, donde el culto evangélico se dispara.

Arezki, André Smain, Idir o el sacerdote Yilali son una muestra de esos "nuevos hijos de Jesús" que todos los sábados se reúnen en un ambiente de paz y fraternidad.

Idir, un joven de 30 años crecido en seno de una familia musulmana "moderada y abierta", admite que en principio sí tuvo problemas con su madre y sus hermanas, musulmanas practicantes y devotas.

"En principio fue difícil aceptar mi decisión pero tras un cierto momento y por la gracia de Dios, mis padres aceptaron y ahora vivimos muy bien, me trato con mi familia mejor que antes, explica el joven.

Se convirtió en 2011 tras consultar varios libros, en particular de filosofía, ya que "perdí mi fe, me acerqué al ateísmo e intenté forjar mi propia fuerza solo. Pero entendí que era imposible estar solo en la vida y que debía ganar la gratitud de Dios, por eso elegí a Jesús", cuenta.

Andre Smain, padre de tres hijos, lleva en las manos una biblia escrita en francés y bereber cabil, también abandonó el islam de sus padres muy joven, a los 24 años.

"He creído y he confesado con convicción en la biblia y desde entonces mi vida ha cambiado radicalmente, incluso mi familia notó las diferencias antes faltaba cariño y amor", refiere Smain, que prefiere evitar la cámara.

Ser cristiano en un país musulmán es un desafío, ser un converso engendra un mayor riesgo: uno de los pecados en el islam no perdona es la apostasía.

Más en una nación como Argelia, donde la guerra civil entre el estado y los grupos radicales islámicos segó durante el decenio negro la vida de más de 300.000 personas y causó decenas de miles de desaparecidos, entre ellos numerosos cristianos.

Un total de 19 religiosos fueron beatificados este fin de semana en la ciudad de Orán, en el primer acto de este tipo que la Iglesia Católica celebra en un país de mayoría musulmana.

Dos eran misioneras españolas asesinadas a tiros en la capital en 1994 y cuatro padres blancos igualmente tiroteados por fanáticos musulmanes en la Cabilia.

Aziz recuerda aquellos días. De espaldas a la cámara, reconoce que decidió evangelizarse porque vivía en la "oscuridad", una situación que le empujo un día a pensar suicidarse al ver "todas las puertas cerradas".

Para Aziz y los presentes, la conversión este sábado de otro centenar de personas, es un soplo de ilusión: "Sidna Aisa sidi rebbi ketchini yeghleb dunit" (nuestro Dios Jesús tú quien tiene el poder), cantan entre aplausos.

Pero no solo el temor o el vacío ejercen como catalizadores, también la profunda crisis económica que sufre el país fomenta las conversiones.

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Fue el caso del padre Yalili, de 47 años, que se acercó a la Iglesia cuando tenía 26, tras acabar la carrera y verse abocado al paro.

"Entonces, leí la biblia y constaté que todo lo que buscaba en el pasado está en éste libro que dice que Jesús es hijo de Dios y este último perdonará mis tonterías y errores. Jesús es la solución para nuestros errores", afirma.

Antes de lamentar que, pese a que la libertad de culto está condicionada por la ley argelina que prohíbe hablar de la cristianización, todo parece avanzar en Argelia, y en particular en la Cabilia. EFE

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