Decir que 2018 ha sido un año duro para Emmanuel Macron es quedarse corto. 2018 ha sido el año en el que el presidente francés se ha enfrentado a su primera gran crisis al frente de su gobierno.
Dieciocho meses después de llegar al poder... ¿está Emmanuel Macron perdiendo su atractivo?
Para el resto del mundo, sigue siendo un líder carismático que inspira el cambio.
Para algunos representa la imagen de la juventud. Esa juventud que puede mover el mundo.
Pero en Francia los tiempos han sido difíciles para el "joven presidente".
De hecho, decir que 2018 ha sido un año duro para Macron es quedarse corto. 2018 ha sido el año en el que se ha enfrentado a su primera gran crisis como presidente de Francia.
Todo comenzó con un escándalo que vió como uno de sus ayudantes más cercanos, Alexander Benalla, acababa desacreditado y castigado.
Su gabinete estuvo cerca de deshacerse. Emmanuel Macron se aisló cada vez más y se le vió alejado de su gente. Su tono y su personalidad tampoco ayudaron.
Y mientras Macron intentaba asegurar su posición como el nuevo líder del mundo libre, con sus índices de popularidad cayeron a los niveles más bajos.
El año 2018 se acerca a su fin dejando a Francia y su presidente con más preguntas que respuestas.
¿Qué sucederá con el líder que se suponía que iba a cambiar el país? ¿Será capaz de provocar el cambio? ¿O será su estrategia lo único que cambie en 2019?