El ministro de Exteriores británico habla sobre la cuestión y una gran mayoría de la oposición laborista aboga por un nuevo referéndum
El año nuevo comienza en el Reino Unido como acabó el anterior, con la incertidumbre sobre el Brexit. Los parlamentarios deben votar el acuerdo de Theresa May con Bruselas previsiblemente la semana del 14 de enero. Pero un probable 'no' sería duro revés a algo más de dos meses del plazo previsto para que Londres deje de pertenecer al club comunitario.
La posibilidad de un nuevo referéndum planea sobre la clase política británica, como dejan ver las palabras del ministro británico de Exteriores Jeremy Hunt: "Tenemos que recordar que un Brexit sin acuerdo causaría alteraciones que podrían durar algún tiempo.[...] Pero un segundo referéndum también sería increíblemente perjudicial de otra manera porque somos una democracia. Los británicos nos han dado instrucciones, nos han pedido que nos vayamos de la Unión Europea y esperan que sigamos adelante."
En la oposición laborista, son un 72% los miembros de la formación que abogan porque Jeremy Corbyn impulse una segunda votación para el Brexit, según una encuesta que estudia las actitudes dentro del partido. El 88% optaría por la permanencia en el club comunitario si se repitiera la consulta. Su líder es escéptico ante esta cuestión y recientemente sostuvo que el Brexit ocurriría aunque su formación ganara unas hipotéticas elecciones anticipadas.
La situación es tan volátil que el Gobierno ha tenido que salir a dar explicaciones por contratos con una empresa de ferris para descongestionar el transporte en caso de un Brexit duro. La adjudicataria carece de barcos.