Nueva oleada de protestas contra Orbán
Miles de húngaros vuelven a manifestarse en Budapest contra las políticas del Primer Ministro Viktor Orban.
Se trata de una nueva ola de protestas contra la denominada "Ley de la exclavitud", según la cual, el número de horas extraordinarias aumenta al año de tal manera que es como si se trabajara seis días por semana.
La nueva ley permite, entre otras cosas, que un trabajador haga hasta 400 horas extra al año, frente a las 250 permitidas hasta ahora, y autoriza a las empresas a pagar esas horas hasta 36 meses después de haber sido trabajadas
Para muchos ciudadanos, esto ha sido la gota que ha colmado el vaso:
"Estamos hartos del Gobierno, hartos de la política y queremos hacer un cambio", dice esta húngara.
"No tenemos más remedio que defendernos porque nadie lo va a hacer por nosotros, asegura este otro. No hay otra manera. Tenemos que alzar la voz para que nos escuchen."
"Bueno, estoy un poco decepcionada porque no somos tantos como deberíamos", se lamenta esta mujer.
Aunque según la ley las horas extras son voluntarias, los sindicatos y otros críticos señalan que quienes se nieguen a aceptar trabajar quedarán "marcados" y correrán el riesgo de despido.
Varios activistas han bloqueado algunas carreteras de acceso a la capital, con hasta más de un centenar de vehículos y se ha celebrado mítines en varias partes del país.
"Queremos decirle a la gente que no permita la traición y la intimidación del gobierno, sino que continúe manifestándose hasta que el gobierno cumpla la demanda de los sindicatos" explica Imre Komjáthi, vicepresidente del Partido Socialista Húngaro, (MSZP)
"Si esto no da resultado, continuaremos con más movilizaciones", plantea György Kovács, organizador de la protesta del Partido Coalición Democrática (DK).
En esta jornada los grandes protagonistas han sido los sindicatos, que antes de la manifestación han dado un "ultimátum" al Gobierno y anunciaron que, si no se cumplen sus peticiones convocarán huelgas a partir de febrero.
" La manifestación de este sábado plantea una cuestión y es si aumentará o no la presión sobre el gobierno de Orbán. De momento el Ejecutivo ya ha dejado claro que no retirarán las leyes cuestionadas. El hecho de que unas dos mil o tres mil personas se hallan manifestado hoy demuestra que la insatisfacción sigue ahí, pero no que Orbán vaya a ceder ".
Gábor Tanács, para Euronews