Hong Kong, paralizado por las protestas. Con miles de personas cortando las principales arterias de la ciudad y concentradas ante la sede del legislativo, las autoridades han decidido posponer la segunda la lectura de la polémica Ley de Extradición
Con la ciudad de Hong Kong paralizada por las protestas, el Consejo Legislativo ha decidido posponer la segunda lectura del polémico proyecto de Ley de Extradición.
Miles de personas se han concentrado en los alrededores de la sede del Legislativo, blindada por la policía, y cortado la circulación en las principales arterias del centro.
Según la prensa de Hong Kong, en una de las calles la policía desplegó una bandera que rezaba "dispersáos o disparamos", `lo que ha aumentado aún más la tensión.
En pocos minutos la manifestación se ha convertido en un caótico enfrentamiento con disparos de pelotas de goma, gas lacrimógeno y porrazos, por un lado, y lanzamiento de proyectiles y botellas del lado de los manifestantes, estudiantes en su mayoría.
Los enfrentamientos han estallado después de las 15:00 hora local, la hora del ultimátum que fijaron los manifestantes para que el Gobierno diera marcha atrás, a pesar de que los legisladores decidieron "posponer" el debate sobre el texto.
Los manifestacntes intentaron ocupar el edificio del Consejo Legislativo.
Así hemos mostrado las protestas
En contraste con el color blanco elegido para la masiva manifestación del pasado domingo, el negro domina en la concentración de este miércoles. Muchos llevan mascarillas para evitar ser reconocidos, pero también para protegerse del gas pimienta.
"Tenemos muchas formas de proteger Hong Kong. Podemos cantar, podemos bailar, podemos aplaudir y hacer oír nuestra voz. Espero que la jefa de gobierno, Carrie Lam, pueda detener el sufrimiento del pueblo", dice un manifestante.
El polémico proyecto de ley pretende autorizar las extradiciones desde el antiguo territorio británico a China continental. Empresarios, periodistas y buena parte de la población se han puesto en pie de guerra porque temen que la medida acabe sirviendo para que los activistas locales y los disidentes sean enviados a China para ser juzgados.
Se trata de las mayores protesta desde que se aprobó la transferencia de soberanía de Hong Kong a China por parte del Reino Unido en 1997.