Diario de un viaje mágico por La Habana

Diario de un viaje mágico por La Habana
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Por Cristina Giner
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Cuba siempre seduce en esa mezcla de pasado decadente y su intenso presente lleno de vitalidad, cultura y arte. Este año La Habana, la capital de la isla y su centro económico-cultural, está de celebración

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Cuba siempre seduce en esa mezcla de pasado decadente y su intenso presente lleno de vitalidad, cultura y arte. Este año La Habana, la capital de la isla y su centro económico-cultural, está de celebración. El 16 de noviembre se cumplen 500 años de su fundación bajo el nombre de Villa de San Cristóbal de La Habana. Es una de las ciudades más antiguas del que los colonos llamaron el Nuevo Mundo. Una Historia que queda patente en sus gentes, en su arquitectura, en sus avenidas y edificios señoriales que poco a poco se van engalanando y renaciendo gracias a un ambicioso plan de rehabilitación de la ciudad.

Gran Teatro Alicia Alonso
sdrGran Teatro Alicia Alonso

Lo mejor para conocer esta ciudad es deambular por sus las callejuelas, plazas y parques de la Habana Vieja, Habana Centro y el Vedado, mezclarse en la vida cotidiana de los habaneros que transcurre la mayor parte al aire libre. Aquí en el Caribe, no se entienden las prisas occidentales. Mientras intentamos cruzar corriendo la gran avenida del Malecón, una mujer nos coge del brazo y nos pregunta sonriendo “¿Para qué corren? Aquí se va despacito, sin estrés”. Desde que ponemos un pie en esta isla, es recomendable unirnos al suave ritmo caribeño.

Calles de La Habana

Otro de los grandes atractivos de la ciudad son los coches antiguos que nos trasladan a otra época. Verlos pasar es como estar metido en una película de los años 50. A pesar de que es un rentable negocio turístico a muchos habaneros no les gustan estos vehículos porque son altamente contaminantes.

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Los viajes en carretera en Cuba son largos pero merecen la pena todas las horas por contemplar sus tropicales paisajes, sus pintorescos pueblos llenos de vida y música, sus coches antiguos transitando como si nos hubiesen trasladado a otra época. Tras varias horas, recalamos en Varadero. El edén de agua turquesa en el que uno tiene a su alcance todo lo que se pueda pedir y más: una naturaleza despampanante, un servicio exquisito. Una amplia oferta de ocio, recreación, lujo, descanso y belleza.

Desde un autobús en La Habana

Visitamos el nuevo Hotel Internacional Varadero que acaba de reabrir sus puertas después de que el Gobierno cubano decidiese, no sin polémica y gran tristeza, derribar el antiguo hotel construido en los años 40 por temas de seguridad y protección de la costa. El impotente y lujoso nuevo recinto, a los pies de una de las playas más bellas del Caribe, ha intentado recrear el mismo sabor y estilo del anterior.

Playa de Varadero
Hotel Varadero Internacional

Seguimos nuestro viaje a Santiago de Cuba pasando por Villa Clara. La presencia del Comandante Che Guevara está en cada rincón de esta bella ciudad y es que fue él quien llevó la revolución a esta parte central de la isla. Hasta aquí se trajeron los restos del Che que hoy descansan en un enorme mausoleo en Santa Clara. Una estatua a tamaño real recuerda al gran mito de la Revolución Cubana que murió en Bolivia en 1967.

Al acercarnos a Santiago de Cuba entendemos mejor el apelativo de Tierra Caliente. Es la parte más septentrional de la isla y el calor es intenso, sofocante. De las casas coloridas sale música a todo volumen, salsa, trova, son... Es la cuna de la música cubana, del mítico Compay Segundo. La música lo inunda todo. Aquí se dice que los santiagueros se mueven bailando.

Estatua del Che Guevara (Santa Clara)
Calles de Santiago de Cuba

Pero lo más curioso de Santiago de Cuba es cómo siendo una ciudad caribeña y mestiza las calles y la gente se siguen llamando Dubois, Dupont, Lagart... La herencia francesa está muy presente. En la ciudad y en la montaña, donde vivían los franceses que huyeron de la Revolución de Haití a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Llegaron con capital y fuerza de trabajo esclava y desarrollaron una importante industria cafetalera. Pero lo más interesante es que trajeron la Ilustración y desarrollaron un ambiente cultural elegante y refinado en medio de la montaña. Se hablaba francés y creole. Su impronta ha quedado presente en la gastronomía, en la educación, en la forma de vestir... Incluso en la forma de hablar santiagueña, más pausada y melódica que en La Habana.

Cafetal de Constantin, también llamando “La Isabelica”
La Gran Piedra
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