El país sudamericano no logra atajar los devastadores fuegos, que arrasan los departamentos de Santa Cruz, Beni y La Paz, desde agosto.
Ya son 4,1 millones las hectáreas calcinadas en Bolivia desde agosto. Lo dice una ONG defensora del medio ambiente, que ha utilizado imágenes de satélite de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) para lograr esta estimación.
El departamento de Santa Cruz, en el este del país, es el más afectado. Está en alerta máxima desde agosto.
Allí, varios bomberos han tenido que ser evacuados y trasladados a hospitales tras desmayarse por agotamiento. Forman parte de los 5.000 bomberos y voluntarios que luchan sin descanso y con pocos medios contra el fuego, junto con refuerzos llegados desde Argentina, España, Francia y Suiza.
Forman parte del efectivo desplegado por la Unión Europea que finalmente fue aceptado por el presidente Evo Morales.
Los otros departamentos afectados son Beni, en el noreste, en alerta roja desde el miércoles; y La Paz, en el centro de Bolivia.
Los incendios comenzaron en mayo, pero cobraron una especial virulencia en agosto.
La flora y la fauna tardarán en recuperarse. Muchos animales han muerto. Otros, más afortunados, se recuperan en refugios.