El Tribunal Europeo de Derechos Humano ha dado la razón a Fata Orlovic, una mujer serbia musulmana expulsada durante la guera de Bosnia. Los serbobosnios construyeron un templo ortodoxo en su propiedad, que ahora deberán derribar.
PUBLICIDADLa batalla de Fata Orlovic ha durado casi veinte años, pero, por fin, puede cantar una triste victoria. Una sentencia del Tribunal europeo de Derechos Humanos le ha dado la razón y obliga a las autoridades bosnias a derribar una iglesia ortodoxa construida durante la guerra de los años noventa en el patio de su casa, en la localidad de Konjevic Polje, en el este del país.
"Ahora esperaré para ver qué pasa", cuenta Orlovic. "Sí, mi vida quedó arruinada durante veinte largos años. Los civiles serbios solían venir aquí durante las vacaciones del fin del Ramadán y me golpeaban. Luego fui forzada a pagar varias multas. No fue agradable, pero he sobrevivido a todo".
El templo fue levantado después de que esta bosnia musulmana y parte de su familia fueran expulsados por las tropas serbobosnias, que matarían a 22 parientes en Srebrenica, a veinte kilómetros de allí.
Fata regresó en el año 2000 y, junto a una docena de familiares, lleva reclamando desde entonces el derribo del edificio.
El Tribunal Europeo da a las autoridades bosnias un plazo de tres meses para cumplir la sentencia y obliga a pagar cincomil euros a Fata y dosmil a los otros familiares por los daños económicos causados.