En el líbano, prosiguen las manifestaciones contra la corrupción por cuarto día consecutivo. Mientras se agota el plazo dado por el primer ministro, Saad Harirí a su gabinete, para desbloquear las reformas económicas.
PUBLICIDADDecenas de miles de libaneses salen a las calles en Beirut en el cuarto día de protestas contra la clase política acusada de corrupción. Mientras, Samir Geagea, yeayá- líder del partido "Fuerzas Libanesas" ha anunciado la dimisión de sus cuatro ministros en el Gobierno, denunciando la falta de voluntad del Gabinete para aprobar las reform as que exige el primer ministro Saad Hariri antes del lunes.
"La gente ya no puede más. No hay buenas escuelas, ni electricidad, ni agua. Falla lo más básico, por eso la gente se ha echado a la calle", dice este manisfestante libanés desempleado.
La movilización nació el jueves tras el anuncio de una tasa para las llamadas por WhatsApp, aunque la medida ha sido anulada. La protesta ha provocado al menos dos muertos y decenas de heridos.
"Tenemos mucha fuerza. Vea a muchísima esa gente de todas las religiones manifestándose en las calles. Hay suníes, chiíes, cristianos y drusos. Todos estamos unidos. Y esa es nuestra fuerza.", asegura un activista libanés.
Este lunes expira el plazo de 72 horas que Hariri impuso a su frágil coalición gubernamental para que aprueben sus reformas económicas.
Entre las propuestas está reducir a la mitad los sueldos de los altos cargos para tratar así de disminuir la gigantesca deuda pública, que empuja al Líbano hacia la quiebra.