Bolivia intenta allanar el camino para nuevas elecciones

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Por Carmen Menéndez
Bolivia intenta allanar el camino para nuevas elecciones
Derechos de autor  REUTERS/Marco Bello

Si no es por la vía parlamentaria, será por decreto, pero en Bolivia habrá elecciones "si Dios lo permite". Así lo dijo este miércoles la presidenta interina, Janine Áñez. Una advertencia a la que el partido del expresidente Evo Morales, Movimiento al Socialismo, ha respondido impulsando un anteproyecto de ley para acelerar la convocatoria electoral.

El MAS controla dos tercios de ambas cámaras parlamentarias y, vista la crispación que envenena el país, el acuerdo para convocar comicios se anuncia muy complicado.

De hecho, Áñez ha enviado su propio proyecto de ley al Parlamento y reclamado su aprobación, advirtiendo que, en caso contrario, convocará elecciones por decreto y en cuestión de horas, como ocurrió en la anterior crisis de 2005, que propició la llegada de Evo Morales al poder.

Evo Morales dice que está de acuerdo con que se convoquen elecciones, mientras el Gobierno de Áñez quiere procesarle por "crímenes de lesa humanidad"

Desde México, donde está asilado, el expresidente Evo Morales ha dicho que está de acuerdo con que se convoquen elecciones, incluso si él no es candidato.

"Si la solución son nuevas elecciones, que sean bienvenidas -dijo el expresidente en una rueda de prensa-. Y si se tiene que viabilizar la Asamblea, mejor. Porque escuchaba por los medios de comunicación que querían garantizar nuevas elecciones por decreto y eso está en contra de la Constitución".

El gobierno en funciones ha anunciado su intención de denunciar a Morales por "crímenes de lesa humanidad" tras difundirse una conversación telefónica en la que él, supuestamente, pide por teléfono a un líder cocalero que bloquee el paso de alimentos a las ciudades de Bolivia.

Dolor y cólera en El Alto. La Defensoría cree que los militares dispararon contra los manifestantes

Entretanto, en la ciudad de El Alto, bastión del expresidente, el dolor y la cólera han salido a la calle tras el baño de sangre del lunes, cuando al menos nueve personas murieron y decenas resultaron heridas en un violento enfrentamiento con militares y policías frente a una refinería de gas.

La Defensoría del Pueblo de Bolivia afirma que, conforme a los testimonios que ha recogido, cree que fueron víctimas de disparos de los militares, algo que el Gobierno provisional niega.

La wiphala, la bandera multicolor de los indígenas, ondea en El Alto y también cubre los cadáveres en el barrio de Senkata, donde lloran a sus muertos.