El caso Daphne Caruana derriba al primer ministro maltés, Joseph Muscat, que dimitirá en enero

Seguirán saliendo a la calle con velas o teléfono móviles encendidos hasta que se haga la luz sobre un crimen que ha conmocionado a la sociedad en Malta. Por octavo día consecutivo, miles de personas se manifestaron el domingo por la noche en La Valeta para exigir la renuncia del primer ministro, Joseph Muscat, y, también, que se esclarezcan todos los puntos oscuros, que son muchos, sobre el asesinato, hace dos años, de la periodista Daphne Caruana Galizia.
Muscat, que está en el punto de mira por haber protegido a colaboradores cuyos nombres salieron a la luz durante la investigación, rompió anoche con varios días de silencio y anunció en un tono casi desafiante a través de la televisión que dejará el cargo a mediados de enero, después de que su partido, el Laborista, elija un sucesor.
En el centro del escándalo está el magnate maltés Yorgen Fenech, al que la investigación sitúa como el autor intelectual del crimen. En prisión provisional, Fenech señala con el dedo acusador a estrechos colaboradores de Muscat, lo que ha disparado los recelos de la población hacia sus dirigentes. La periodista Daphne Caruana Galizia murió en un atentado con bomba lapa mientras investigaba los vínculos de corrupción entre empresarios y políticos en la isla.