Los ministros de Asuntos Exteriores de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia se han reunido en ¨Bruselas bajo los auspicios de Josep Borrell. Una de sus prioridades es salvar el acuerdo nuclear con Irán
PUBLICIDADLa Unión Europea ha tardado en reaccionar a la crisis en Oriente Medio. El primer comunicado de la Comisión llegó tres días después del asesinato del general iráni, Qasem Soleimani, a manos de Estados Unidos.
Pero el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha pisado el acelerador y ha reunido a los ministros de asuntos exteriores de Reino Unido, Francia, Alemania e Italia.
La respuesta moderada de Bruselas podría explicarse por la imprevisibilidad de su aliado estadounidense, tal y como explica Ian Lesser, analista político de la German Marshall Fund.
"Creo que es una de las cosas que preocupan más en Europa: la previsibilidad en relación a Washington. Y es un problema que empezó hace ya mucho tiempo", afirma Lesser. "Hemos tenido dificultades para forjar una estrategia respecto a Irán. Durante décadas hemos adoptado una actitud, pero no es lo mismo que una estrategia".
Más allá de las diferencias con Washington, la capacidad de la UE para convertirse en un actor clave del escenario mundial, se ve limitada por los intereses de sus propios estados miembros, en ocasiones divergentes.
"Por mucho que la UE aspire a hacer más en política exterior y en seguridad, especialmente ante cuestiones críticas, al final las decisiones las toman los estados nacionales", explica Lesser. "Hace falta que los estados miembros se pongan de acuerdo, que los estados clave tienen que estar de acuerdo. Así pues, para dar una respuesta concertada europea sobre Irán u otras cuestiones, es necesario un acuerdo entre los Estados miembros".
Cuatro estados clave se han reuni´do este martes. Y el próximo viernes, tratarán de concertar su respuesta con el resto de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea.
Una de sus prioridades será salvar el acuerdo nuclear con Irán, tal y como ha explicado el ministro alemán.
"Es la condición básica para evitar que Irán fabrique su propia bomba nuclear. Este sigue siendo nuestro objetivo, pero por supuesto, no podemos aceptar que Irán suspenda sus obligaciones. Tenemos que reaccionar", ha dicho Heiko Maas.
Esta reacción también también debería servir para apaciguar las aguas entre Washington y Teherán.