Guerra de desgaste en Francia, inmersa en una huelga interminable. El país nunca había vivido una huelga tan larga, más de cinco semanas, sin que el Gobierno retroceda en su reforma de las pensiones. Este viernes se retoman las negociaciones
PUBLICIDADFrancia ha comenzado 2020 como terminó 2019, en las calles. Tras más de cinco semanas de huelga contra la reforma de las pensiones del gobierno de Emmanuel Macron, este jueves volvieron a manifestarse en el país cientos de miles de personas.
Hubo algunos momentos de tensión con la policía, pero lo que prima entre los manifestantes es la frustración y la fatiga. De hecho, la movilización empieza a perder algo de fuelle, con menos participantes que en convocatorias anteriores.
El sector público lidera la protestas en defensa de sus regímenes especiales de jubilación.
"Trabajadores del sector público o del privado estamos aquí para que el Gobierno retire este proyecto injusto que consiste en reducir los derechos de los trabajadores", afirma un jubilado.
Los chalecos amarillos siguen en las calles
Entre los manifestantes había muchos chalecos amarillos, lo que demuestra que las razones que les llevaron hace un año a protagonizar una histórica movilización contra el empeoramiento de la calidad de vida en Francia, siguen vigentes.
"Es muy grave: 35 días de huelga y ninguna respuesta de un Gobierno cerrado y hostil", dice Eric Drouet, uno de las figuras destacadas de los chalecos amarillos.
"Más allá de la reforma de las pensiones, queremos poder vivir mejor ahora -reclama Jerome Rodrigues, otro cabecilla de los chalecos amarillos-. Hace un año salimos a la calle, no porque teníamos miedo del fin del mundo, sino del final de mes. Y hoy las cosas siguen igual o peor. Así que luchemos para que la gente puede vivir mejor y los trabajadores sean pagados de acuerdo con su trabajo".
Negociaciones entre Gobierno y sindicatos
Este viernes se retoman las negociaciones entre el Gobierno y los dirigentes sindicales. El ejecutivo de Macron va a presentarles dos proyectos de ley que incluyen su proyecto completo de reforma de las pensiones, con un principio inamovible, que el futuro sistema de jubilación garantice el equilibrio financiero.