Los retratos de Rembrandt toman el Thyssen de Madrid

Rembrandt o el arte de promocionarse. El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid redescubre la faceta de retratista del genio flamenco, en una exposición sin precedentes, en la que se incluyen varios autorretratos.
'Rembrandt y el retrato en Ámsterdam, 1590-1670' propone un viaje cronológico por la vibrante escena del retrato del Siglo de Oro holandés, a través de un centenar de obras de Rembrandt y 35 pintores coetáneos (80 pinturas y 16 grabados).
La muestra en el Thyssen ha sido posible gracias a la colaboración con el Museo de Amsterdam, y a préstamos del Met, el Hermitage, la National Gallery de Whashington y colecciones privadas.
"Creemos que Rembrandt, como la mayoría de sus contemporáneos, también se hizo autorretratos para promocionarse. Fue una herramienta de marketing", explica Norbert E. Middelkoop, comisario de Pinturas, Grabados y Dibujos del Museo de Amsterdam.
Retratos cargados de emociones
Rembrandt lleva frescura al retrato, al ser el primero en dar libertad a sus modelos. Les deja "moverse" y refleja en sus obras las emociones.
"Nos encontramos lo que pueda ser la tristeza, lo que pueda ser el abatimiento... Pero también, desde luego, nos encontramos la alegría. Son personajes que siempre meditan, que siempre se enfrentan al espectador y siempre se enfrentan para contarnos algo", cuenta María del Mar Boronia, comisaria de Pinturas de Antiguos Maestros en el Museo Thyssen-Bornemisza.
La exposición 'Rembrandt y el retrato en Ámsterdam, 1590-1670' puede verse en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid hasta el 24 de mayo.