Manifestantes y policía se enfrentan ante el rechazo a los "campos de concentración" y la demanda de compartir la responsabildad con los inmigrantes con el resto de Grecia
La isla de Lesbos vive un nuevo capítulo de rabia e indignación. Ha ocurrido el martes a un par de kilómetros de donde está prevista la construcción de un nuevo campamento para inmigrantes. Los manifestantes se enfrentaron a la policía, alzando su voz contra cualquier nuevo alojamiento en cualquier isla o lo que llaman campos de concentración.
Una mujer que pide respeto para los locales, demanda que "se respete la voluntad de los isleños y que no se creen más campos, sobre todo cerrados, que se van a transformar en prisiones de almas". Otro de los particpantes en las protestas cree que "las fronteras deben abrirse, para que esa gente pueda ir a donde quiera, hasta que esta guerra termine" y exige que toda Grecia, y no solo Lesbos se haga cargo de la problemática.
También se registraron disturbios en Chios, cerca de la meseta de Epos, donde un nuevo centro de detención está previsto. Los ciudadanos aseguran que unos trescientos policías les atacaron, a pesar de que no hubo ninguna provocación.
La situación ahora es mucho más tranquila, aunque es una calma tensa. Este miércoles está prevista una huelga general para denunciar la represión de las fuerzas de seguridad. El año pasado llegaron a las islas helenas 60.000 inmigrantes, el doble que el año anterior.
"Los manifestantes hablan de una violencia policial sin precedentes, mientras señalan que no se rendirán. Tarde o temprano, dicen, lograrán llegar a Karava y detener la construcción del nuevo centro para migrantes", concluye Apostolos Staikos, corresponsal de Euronews.