Calma en la frontera entre Grecia y Turquía tras los disturbios del sábado

Vuelve la calma a la frontera entre Grecia y Turquía después de los disturbios del sábado.
Más de 1.400 personas intentaron cruzar y 12 fueron detenidas en Grecia en medio de la violencia entre los migrantes, que lanzaban piedras, y la policía griega, que los disuadía con gases lacrimógenos y cañones de agua. Dos personas resultaron heridas.
Grecia está preparando la ampliación de la verja que separa este país de Turquía en la zona del río Evros. El plan es instalar unos 40 kilómetros de valla.
Algunos vecinos venden comida y enseres necesarios a los migrantes en las calles y les ofrecen trayectos hasta la frontera.
El paso fronterizo se ha reconvertido estos días en un campo improvisado para miles de migrantes, animados por Turquía a salir del país hacia Europa.
"Queremos que nos digan el problema. Si quieren exceptuarnos, dígannos, no nos echen, dígannos", cuenta un afgano. Otro explica: "estamos esperando aquí, no tenemos ninguna manera, cuando volvamos a nuestro país, me van a matar, no tenemos alternativa".
Mientras tanto en la isla griega de Lesbos, un incendio arrasó la noche del sábado un centro social de refugiados. Los voluntarios sospechan que el fuego fue provocado por grupos de extrema derecha.
Erdogan viajará a Bruselas el lunes para hablar con altos funcionarios de la UE sobre el acuerdo firmado en 2016 para contener los flujos migratorios y que ambas partes se acusan de no cumplir.