Los italianos experimentan una nueva e inusual rutina en sus hogares. Las calles totalmente vacías debido a la cuarentena que antes solo se imponía en el norte, ahora se encuentra en vigor en todo el país.
Los italianos experimentan una nueva e inusual rutina en sus hogares. Las calles totalmente vacías debido a la cuarentena que antes solo se imponía en el norte, ahora se encuentra en vigor en todo el país. El gobierno restringió los viajes, cerró todos los centros educativos y prohibió las aglomeraciones.
En tempranas horas de la mañana, los periódicos locales hicieron eco de las amplias medidas anunciadas por el primer ministro este lunes. Todo el mundo deberá permanecer en casa tanto como sea posible.
Antes de la alocución de Conte, los italianos ya había empezado a abastecerse de alimentos y artículos de primera necesidad.
El gobierno ha instado a no sucumbir ante el pánico, pero el mensaje no caló en la población.
Ni tampoco el consejo oficial de que sólo los infectados del virus necesitan mascarillas. En Milán, conseguir este producto es ya una misión imposible.
Mientras la incertidumbre reina, un gesto de guía espiritual del Papa. Su misa diaria ahora se transmite en directo para evitar que las multitudes se reúnan en el Vaticano. Esta es la nueva realidad de Italia para las próximas semanas.