CORONAVIRUS | El abandono de los "imprescindibles"

Son la intendencia de la guerra global contra la COVID-1: cajeros, reponedores, camioneros, repartidores, panaderos. Sin ellos, sin ellas, las cuarentenas serían imposibles. Están en la retaguardia y con frecuencia se sienten totalmente desprotegidos.
Los empleados de un supermercado Carrefour en Vitrolles, en el sur de Francia, se declararon en huelga el lunes después de que varios compañeros dieran positivo en las pruebas:
"No tenemos mascarillas, ni medios de protección, ni guantes, nos falta desinfectante para las manos. De hecho, nos falta de todo", se quejaba Gérard Casbarian, sindicalista y trabajador de la sección de productos frescos.
Supermercados, farmacias y hospitales continúan recibiendo abastos, medicinas y material médico gracias a los camioneros que han seguido trabajando:
"Hasta hace un mes se nos consideraba criminales de carretera, ahora se nos considera salvadores, héroes del pueblo, pero no lo somos. Somos los que trabajamos normalmente, todos los días", resumía la situación un camionero italiano.
El personal sanitario, desde los limpiadores hasta el director del hospital, está en la primera línea del frente... y tampoco se siente protegidos. La situación en Rumanía clama al cielo:
"No tenemos máscaras, ni gorras, ni protección para los pies. Nos dijeron que usáramos nuestros propios gorros. Hay quien ha tenido que protegerse los pies con una bolsa de plástico", explicaba una trabajadora de un hospital de
El miedo también ha calado en el ánimo de los repartidores. Empleados de Amazon en Estados Unidos han protestado por la falta de protección con la que desarrollan su trabajo, que se ha multiplicado con las cuarentenas.