Barcelona ha vivido este jueves uno de los días de Sant Jordi más tristes que se recuerdan. Con sus calles vacías, desangeladas... La pandemia del coronavirus les ha robado el color de la rosa y la magia de los libros regalados, ingredientes esenciales en esta jornada festiva...
Barcelona ha vivido este jueves uno de los días de Sant Jordi más tristes que se recuerdan. Con sus calles vacías, desangeladas... La pandemia del coronavirus les ha robado el color de la rosa y la magia de los libros regalados, ingredientes que desde hace décadas hacen que esta jornada festiva sea tan especial en Cataluña.
"Bueno, es un día muy raro. Anormal para un día de Sant Jordi. Un día de Sant Jordi la gente aquí sube, baja, vende... ya sean vendedores de libros, de rosas. Hay gente comprando. Hoy es totalmente diferente. No tiene nada que ver... Siento más que nada tristeza, porque es un día especial para toda Cataluña y sobre todo aquí en la Rambla, que es un sitio emblemático de la ciudad y es tristeza por ver la dimensión que ha tomado todo esto", comentaba José Luis Morais, quiosquero en La Rambla.
Sin multitudes hojeando libros en un mar de casetas, sin escritores firmando sus obras, sin voceros vendiendo flores en cada esquina... la añoranza cuelga de los balcones y los sueños de papel dan consuelo al vecindario: hay quien ha regalado flores de cartulina, cubiertas con plástico para que se pueda desinfectar. El coronavirus acecha...
"Mira a nosotras nos han regalado un rosa, así que... pero todo esto es un poco raro. Estar en casa y no poder salir. Y creo que es el hecho de estar con gente lo que hace especial este día", explicaba una joven que había bajado a la tienda de comestibles.
Son pocos los afortunados que han podido regalar o han recibido el regalo de una rosa en esta jornada, la número 40 desde que comenzó el confinamiento . El año pasado se vendieron 7 millones de rosas, este año se calcula que unas 25 veces menos. En lo que se refiere a los libros, el daño es aún mayor:
"Según cálculos del sector, se podría perder entre un 60 y un 70% de la facturación habitual. Una facturación que habitualmente asciende a 22 millones de euros. En este día se venden 1,6 millones de libros en toda Cataluña", concluía su crónica nuestra compañera Cristina Giner desde Barcelona.