Lambrusco contra el coronavirus

Una botella de vino
Una botella de vino Derechos de autor AP/Luca Bruno
Por Filippo Fiorini
Compartir esta noticiaComentarios
Compartir esta noticiaClose Button

Los viticultores italianos proponen transfroman el gel de manos contra la covid-19 el excendente provocado por el confinamiento

PUBLICIDAD

Dos meses y medio de confinamiento para combatir la epidemia de Covid-19 han puesto de rodillas a un sector estrechamente vinculado a la actividad de bares, restaurantes y hoteles. La cosecha de 2020 se acerca y la mayoría de los tanques siguen llenos, lo que plantea un problema de espacio y estrategia. Y la solución podría ser aportar una de las medidas preventivas contra la pandemia, un gel desinfectante a partir del vino.

"Llevo 30 años trabajando en la bodega de mi familia y soy presidente de la Cooperativa Vitivinícola de Emilia", dice Davide Frascari, que también representa a los productores de Lambrusco en la provincia de Reggio-Emilia, "y nunca he podido llegar a finales de mayo con los depósitos llenos. Los racimos ya están en los árboles y dentro de tres meses hay que recogerlos."

Los silos llenos son un problema a la espera de la cosecha de este año. Es difícil deshacerse de este producto excedente en el mercado: el confinamiento, con el consiguiente cierre de bares y restaurantes, ha causado una caída en las ventas de al menos el 50%.

Las posibles alternativas

Una de las posibilidades para preservar la salud de la planta es la llamada ‘cosecha en verde’, que consiste en podar el viñedo antes de que las uvas estén maduras, evitando que los racimos se pudran en las ramas.

Sin embargo, los viticultores también preferirían no utilizarlo porque destruirían su propio trabajo y se expondrían a un riesgo: si después de la poda la cosecha de este año resulta ser particularmente pobre, no conseguirían volúmenes de producción suficientemente rentables.

De ahí la propuesta. "Utilizar el vino más barato para hacer gel desinfectante” continúa Frascari “mejoraría la calidad media que ofrecemos y también proporcionaría al país un producto muy importante en la lucha contra la covid-19".

Por supuesto, esta es una solución de emergencia. De hecho, si un litro de alcohol crudo producido con vino puede costar 3 euros, la misma cantidad hecha con cereales cuesta sólo 50 o 60 centavos según Assodistil, la Asociación Destiladora Italiana. Los precios al consumidor, sin embargo, son otra historia. Hoy en día un litro de gel desinfectante para manos cuesta entre 12 y 14 euros en Italia, cuando por la misma cantidad se puede comprar también una excelente botella de vino.

Demanda de apoyo del Gobierno italiano

Desde Confagricoltura, la asociación comercial italiana que hizo la solicitud, junto con un paquete de otras medidas de apoyo financiero para el sector del vino, el presidente de la sección regional de Emilia-Romaña, Marcello Bonvicini, asegura que "estamos esperando una respuesta urgente de las instituciones".

Es evidente que no sería posible llevar a cabo un proyecto de este tipo sin el apoyo público. Con 750.000 hectáreas de un total de 8,6 millones, la vid es el cuarto cultivo nacional en Italia, según datos del Instituto Italiano de Estadística de 2013.

Por esta razón, la Unión Europea ya ha autorizado al Gobierno italiano a utilizar la llamada destilación de emergencia del vino y a conceder ayudas estatales a las explotaciones agrícolas. Ahora, la pelota está en el tejado de Roma.

Mientras tanto, los destiladores italianos dicen que están listos para entrar en la iniciativa inmediatamente. Antonio Emaldi, director de la Destilería Mazzari de Ravena y presidente de Assodistil, explica que "la epidemia de Coronavirus ha causado, entre otras cosas, una escasez de materias primas para la producción de alcohol", por lo que "tal elección tendría la doble ventaja de ayudarnos a nosotros y a los vinicultores".

Sin embargo, esta solución no puede aplicarse a todas las realidades económicas del sector.Giuseppe Prestia, por ejemplo, que junto con su esposa Julia dirige Tenuta Venturini Baldini, un fondo de 500 años de antigüedad situado en Roncole di Reggio-Emilia, aclara: "Nosotros, los productores de vino orgánico, trabajamos botellas con altos costos de producción. Sería impensable transformarlos en gel desinfectante de manos. Lo que pedimos es una recapitalización de nuestras empresas, que por cada euro invertido en la bodega para salir de la crisis, el Estado ponga otro. Sin ayuda, iremos hacia dificultades muy serias.

Compartir esta noticiaComentarios

Noticias relacionadas

Abadía de San Benito o un lugar de peregrinación en busca de sosiego y meditación

Alerta de terrorismo en Italia: foco en el Vaticano para el Viernes Santo y la Pascua

El maestro italiano Maurizio Pollini, despedido con honores en La Scala con un tributo musical