La victoria del conservadurismo en Polonia aumenta la división nacional y la confrontación con la UE

El presidente polaco, Andrzej Duda, fue reelegido en su cargo, cinco años después de llegar al poder apadrinado por el líder de Ley y Justicia (PiS), Jaroslaw Kaczynski, y de haber refrendado desde entonces su agenda ultraconservadora.
La segunda vuelta electoral del domingo le dio la victoria, anunciada este lunes por las autoridades electorales, frente a su rival, el liberal europeísta y alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, quien no logró su propósito de convertirse en un contrapeso político al partido dominante.
Duda había sido ya el más votado entre los once candidatos de la primera vuelta, el pasado 28 de junio. Su victoria del domingo derrumbó las expectativas de quienes aspiraban a ver en la jefatura del Estado a un representante de una Polonia más tolerante y centrista.
De 48 años, jurista de profesión y, desde que asumió la presidencia, desvinculado formalmente de su militancia política, Duda es la apuesta de Kaczynski para avanzar, paso a paso, en unas reformas en las que Bruselas ve una amenaza a principios como la separación de poderes y la libertad de prensa.
Pese a su teórico poco gancho ante el elector se convirtió en candidato del PiS a la presidencia en 2015. Sus promesas de mejoras sociales a las familias y su fidelidad a los estrictos principios católicos le dieron la victoria frente al entonces presidente Bronislaw Komorowski, de la liberal Plataforma Cívica (PO).
Le ayudó en su cometido el descontento entre la población hacia las líneas europeístas de su rival. Polonia comenzaba a ver como una extraña a Bruselas y al entonces presidente del Consejo Europeo, el liberal y exprimer ministro polaco Donald Tusk.
Su campaña por la reelección ha sido menos fácil de lo que se consideró de entrada. Los comicios, inicialmente planteados para el 10 de mayo, quedaron pospuestos en medio de las restricciones derivadas de la pandemia del coronavirus.
Cuando se convocó la nueva fecha, irrumpió en campaña un candidato al que los sondeos veían con posibilidades de vencerle, el dinámico alcalde varsoviano.
Duda no alteró su programa. Se mantuvo en sus consignas de siempre, como defensor de los valores de la familia cristiana y enemigo de reivindicaciones paritarias para el colectivo LGTBI.
Más cerca de Washington que de Bruselas
De talante algo más calmado que Kaczynski y sin las aristas de éste, Duda comparte con su mentor no sólo las tensas relaciones con Bruselas, sino también la lealtad inquebrantable a Estados Unidos o incluso la devoción a su actual presidente, Donald Trump.
Polonia fue el primer país europeo que visitó Trump tras llegar a la Casa Blanca. Ahí marcó ya las distancias respecto al resto de miembros europeos de la Alianza Atlántica que, según Washington, no aportan lo suficiente a la defensa de la OTAN.
La cercanía al PiS, el tradicionalismo, el discurso homófobo y la fidelidad transatlántica han sido sus puntales. También ha contado con el apoyo recibido desde la ultraderecha más dura y del voto rural, tradicionalmente más conservador, que veía como un peligro el ascenso al poder del alcalde de Varsovia.