La octava jornada de protesta se centra en torno a tres exigencias: liberación inmediata de todos los detenidos y presos políticos, dimisión deñ presidente Lukashenko y castigo a los responsables de la represión y torturas policiales.
Decenas de miles de personas piden la dimisión de Lukashenko.
Hasta 200.000 personas según distintas fuentes se concentraron en la mañana del domingo en el centro de Minsk.
La octava jornada de protesta se centra en torno a tres exigencias: liberación inmediata de todos los detenidos y presos políticos, dimisión del presidente Lukashenko y castigo a los responsables de la represión y torturas policiales.
En Gómel, la segunda ciudad de Bielorrusia también se produjeron manifestaciones antigubernamentales así como en otras ocho ciudades más del país. El lema fue ¡Lukasenko vete!
Mientras, Alexander Lukashenko reunió a los suyos y aseguró que "ni muerto" permitirá la entrega del país.
El presidente de Bielorrusia, contraatacó y montó su propio mitin.
Reunió hasta 70.000 personas según fuentes oficiales.
Muchos de los asistentes fueron trasladados en autobuses desde otras ciudades.
Subrayó que la repetición de las elecciones presidenciales supondría la "muerte de Bielorrusia como Estado y como nación".
Se dirigió a sus partidarios desde la tribuna instalada en la plaza de la Independencia, frente a la estatua de Lenin:"Las elecciones fueron válidas. No puede haber más del 80 por ciento de los votos falsificados ... ¡Si pierdes a presidente, será el principio de tu fin!"
Al menos dos personas han muerto, casi trecientas resultaron heridas, y cerca de siete mil detenidas en lo que hasta ahora es el balance de la represión policial de las manifestaciones de protesta.
Los ciudadanos que han sido puestos en libertad han denunciado haber sido sometidos a torturas y palizas en las comisarías y otros centros de detención