La líder opositora Svetlana Tijanóvskaya pide a Naciones Unidas el envío a Bielorrusia de una misión de observación que pruebe las numerosas violaciones contra los derechos humanos por parte del Gobierno de Lukashenko.
Cuatro semanas después de sus polémicas elecciones, Bielorrusia sigue siendo escenario de protestas contra el resultado de las mismas y a favor de la renuncia definitiva del Gobierno de Alexander Lukashenko.
Este sábado, cientos de mujeres marcharon por las calles de Minsk contra unas medidas gubernamentales de represión que hasta el momento se han saldado con más de 7000 detenciones. Solo este viernes habrían sido detenidas 40 personas más durante las manifestaciones en la capital.
La oposición, mientras tanto, sigue pidiendo a la comunidad internacional la implementación de una serie de sanciones al ejecutivo de Lukashenko, no solo por lo que consideran un fraude electoral sino por las numerosas violaciones contra los derechos humanos que, a su juicio, las autoridades bielorrusas han cometido durante las últimas semanas.
En un mensaje a Naciones Unidas, Svetlana Tijanóvskaya pedía a la organización el envío de una misión de observación que pueda constatar lo sucedido en Bielorrusia desde el pasado 9 de agosto.
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Tijanóvskaya, exiliada en Lituania desde los resultados de los últimos comicios, instaba a la ONU a poner en marcha “todos los mecanismos posibles" para poder acabar con la violencia por parte del actual Gobierno, a la vez que advertía que colaborar con Lukashenko significaba también apoyar la violación de los derechos humanos, en clara referencia a la reciente muestra de apoyo por parte del Kremlin hacia el presidente bielorruso.