El líder del Gobierno de Unidad (GNA) de Libia, Fayez al Serraj, anuncia su dimisión. Dice que dejará el cargo a finales de octubre y traspasará sus poderes a un sucesor
Un nuevo interrogante se acaba de abrir en Libia, un país partido en dos y sumido desde hace años en la guerra y el caos político. Fayez al Serraj, el jefe del Gobierno de Unidad Nacional (GNA), reconocido por la ONU, ha anunciado su intención de dejar sus funciones y traspasar sus poderes a un nuevo ejecutivo.
En su discurso televisado, al Serraj ha pedido que se elija cuanto antes un nuevo Consejo Presidencial que tome las riendas del gobierno de Trípoli.
"Les anuncio mi deseo de entregar mis poderes a la próxima administración, como muy tarde a finales del próximo mes de octubre -señaló-. Para entonces espero que la comisión negociadora haya completado su trabajo y elegido un nuevo Consejo Presidencial, así como un nuevo jefe de Gobierno, que pueda asumir las funciones".
Un país partido en dos. Unas negociaciones con posturas muy polarizadas
Desde la caída del régimen de Muamar el Gadafi en 2011, dos autoridades se disputan el poder en Libia: por un lado, el Gobierno de Unidad Nacional, basado en Trípoli y ayudado militarmente por Turquía. Y por otro, las fuerzas del general Khalifa Hafter, que reina en el este y una parte del sur del país, con el apoyo de Egipto, los Emiratos Árabes Unidos y Rusia.
Tras el fracasado intento de Hafter de tomar Trípoli, ambas partes retomaron el diálogo. Al Serraj dimite para facilitar las cosas, pero subrayando que la polarización política hace que las diferencias sean insuperables. Lo hace también mientras **se multiplican las protestas de la población por la carestía en Trípoli. **