Como otras muchas cosas, la pandemia de coronavirus también aplazó el referendum en Italia para decidir si recorta alrededor de un tercio de sus parlamentarios.
Como otras muchas cosas, la pandemia de coronavirus también aplazó el referendum en Italia, para decidir si recorta alrededor de un tercio de sus parlamentarios. La cuestión se va a plantear este fin de semana, 51 millones de italianos acudirán a las urnas para decidir.
Este recorte es un caballo de batalla del Movimiento 5 Estrellas: "Tenemos que pedirle a la gente que vaya a votar, en particular a los jóvenes porque se encontrarán de nuevo, en los próximos 40 o 50 años, con 1.000 parlamentarios si el Sí no gana", asegura Luigi di Maio, Ministro de Asuntos Exteriores de Italia.
Las encuestas vaticinan que el sí se impondrá. Pero esta decisión supone un rediseño completo del Parlamento italiano. De los 945 representantes, la cifra se reduce a 600. 115 senadores y 230 diputados se quedarán a las puertas del nuevo curso parlamentario.
"La antipolítica, cuando gobierna, causa daños, tira el dinero e insulta al Parlamento", señala Simone Baldelli, miembro del partido Forza Italia.
La cita se junta con las elecciones regionales, pero la preocupación de los ciudadanos es quién les representará en caso de que gane el sí. Y a esto se suma otro problema.
"El recuento de los representantes no está vinculado a una reforma más amplia del sistema bicameral, que es conocido internacionalmente por ser un poco disfuncional porque las dos cámaras del parlamento, la Cámara de Diputados y el Senado, tienen exactamente la misma función", comenta Cristina Fasone, profesora de derecho público de la Universidad Luis de Roma.
El movimiento 5 estrellas está jugando todas sus bazas. El resultado del referéndum podría beneficiarles, mientras que el de las elecciones regionales podría revelar la caída del apoyo popular.
Esto cambiaría el equilibrio político, en un momento en el que hay que gestionar el dinero del Fondo de Recuperación bajo la atenta mirada de Europa.