Los barrios del sur de Madrid se rebelan contra los “guetos pobres” de la COVID-19

Concentración a las puertas del centro de salud San Andrés, en Villaverde Alto, Madrid, España.
Concentración a las puertas del centro de salud San Andrés, en Villaverde Alto, Madrid, España. Derechos de autor Estela Celada
Por Estela Celada
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"A los barrios más desfavorecidos siempre nos tocan las depuradoras, las incineradoras, la industria contaminante y ahora, además, esto", critica un vecino del sur de la capital española.

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El sur de Madrid rechaza quedarse de brazos cruzados ante el confinamiento selectivo impuesto por el Gobierno regional. 

Desde el lunes, los vecinos de algunas de las zonas más pobres de la ciudad están obligados a quedarse recluidos en sus barrios salvo para ir a trabajar o para realizar otras actividades esenciales. Se han cerrado los parques, mientras los bares y los comercios vuelven a ver reducido su aforo al 50%. 

Estas medidas tratan de frenar la expansión de la pandemia en el que es, en estos momentos, el principal foco de Covid-19 de la Unión Europea.

El coronavirus ha partido Madrid en dos, física y socialmente. 

El malestar es generalizado en las zonas afectadas por las restricciones, igual que la sensación de abandono. “Me siento muy discriminada. En lugar de darnos más médicos, más ayudas o más vagones de metro para no ir pegados unos a otros lo que hacen es cerrar la puerta y dejar que nos muramos ahí. Claro que para ir a trabajar para los ricos sí podemos salir”, denuncia Encarnación Vega, vecina de Villaverde.

Este barrio de la capital es uno de los que se ha movilizado contra este nuevo confinamiento y muchos de sus habitantes planean seguir haciéndolo en los próximos días con más acciones de protesta como la realizada a las puertas del centro de salud San Andrés horas antes de que entrara en vigor el cierre. Exigen el fin de medida, pero también más inversiones en servicios públicos básicos.

Estela Celada
Imagen de una de las protestas en el barrio madrileño de Villaverde Alto.Estela Celada

Para Javier Cuenca, vicepresidente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid y uno de los impulsores de las movilizaciones, la decisión de cerrar durante 14 días el sur de la ciudad “es la gota que ha colmado el vaso de una situación que arrastramos desde hace décadas". 

"A los barrios más desfavorecidos siempre nos tocan las depuradoras, las incineradoras, la industria contaminante y ahora, además, esto. Hacen creer que somos más irresponsables, que no cumplimos las normas. Siempre se utiliza a nuestros barrios para criminalizar y lo que queremos es equipararnos al resto de Madrid”.

En total 850.000 personas, tanto de la ciudad de Madrid como de otros 11 municipios cercanos, se ven afectadas por la restricción de la movilidad. Representan el 13% de la población de la región pero, según el Gobierno autonómico, concentran casi el 24% de los casos de COVID-19 detectados en los últimos diez días. 

“Nos sentimos señalados. Es mejor que esté todo Madrid confinado antes de que hagan guetos”, asegura Maite, que prefiere no dar su apellido.

Este miedo a la estigmatización está muy presente en las calles de Villaverde, sobre todo después de que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, declarara que los contagios de COVID-19 se debían “al modo de vida” de los inmigrantes. 

“Es increíble que dijera algo así, los barrios obreros estamos más expuestos al virus porque nos movemos en transporte público y llevamos haciendo trabajos esenciales desde el inicio de la pandemia. Desde que comenzó todo mi vecina no se ha quedado en casa sino que se ha ido a limpiar al hospital igual que yo he seguido yendo a trabajar”, explica Mónica Rochel.

A su lado, Alicia Pintor, también vecina del barrio, interviene en la conversación para señalar otro de los factores que favorece el incremento de los casos de coronavirus: el hacinamiento de las viviendas. “¿Cómo vas a hacer bien la cuarentena si en un piso pueden llegar a convivir varias familias, con hasta cuatro personas por habitación y compartiendo el mismo baño y la misma cocina? No se trata de costumbres sino de pobreza”, afirma.

Estela Celada
Imagen de las protestas en Villaverde Alto, Madrid.Estela Celada

Coincide con ella Fernando García López, epidemiólogo y miembro de 'Actuar covid', una iniciativa de profesionales sanitarios madrileños que reclaman más recursos para frenar la curva de contagios. En su opinión, son necesarias tres medidas básicas para frenar la pandemia: 

“La primera de ellas es conseguir que los casos confirmados estén aislados adecuadamente y con dignidad, es decir, que si no pueden hacerlo en sus domicilios se habiliten espacios alternativos como hoteles y que, además, reciban una compensación suficiente porque muchas personas no van al médico por miedo a perder su trabajo o a quedarse sin ingresos. Las otras son tener más rastreadores y hacer más pruebas PCR, pero ahora mismo la sanidad madrileña está colapsada”.

Según este experto, el confinamiento selectivo de Madrid no tiene sentido porque “toda la región está muy interconectada. Además, llega tarde porque el número de contagios de COVID-19 es ya muy alto en todas partes, de hecho hay zonas del centro de la capital que no han sido confinadas a pesar de tener una incidencia similar e incluso superior a la de algunos de los barrios en los que se han impuesto restricciones. Las medidas deberían ser más drásticas y afectar a toda la región, no solo a zonas concretas”.

España es el país europeo donde más crecen los contagios de COVID. Solo Madrid acumula más de 199.000 casos de coronavirus y 9.000 muertos desde el inicio de la pandemia. Ya nadie descarta que la región se encamine hacia un nuevo confinamiento total. 

El ministro español de Sanidad español, Salvador Illa, ha pedido el martes a los madrileños que restrinjan la movilidad al máximo y las reuniones sociales "en la medida de lo posible".

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