El actual presidente, el excomunista Igor Dodon les ha traído inversiones de Moscú. La proeuropea Maia Sandu promueve el cambio, la lucha contra la corrupción y el acercamiento a Bruselas y Washington.
Este domingo Moldavia celebra elecciones presidenciales que decidirán el acercamiento de esta exrepública soviética a Moscú o a Bruselas.
El presidente Igor Dodon, prorruso comunista reconvertido en socialista, busca un segundo mandato frente a su rival Maia Sandu, proeuropea ex primera minsitra que perdió ante Dodon en 2016 por solo 66.000 votos.
Moldavia, pobreza y corrupción
Moldavia, encajonada entre Rumanía y Ucrania tiene tres millones y medio de habitantes.
Es conocida por su buen vino. Pero también por ser el país más pobre de Europa, donde la corrupción campa a sus anchas, regida por un sistema de justicia poco fiable.
"El sistema de justicia podría influir en los resultados electorales", explica Galina Bostan, presienta el Centro para el Análisis y la Prevención de la Corrupción. "Por ejemplo, hasta ahora no he visto en él un solo caso de condena por fraude electoral, ni uno".
Propaganda y televisión rusas
Alina Radu es copropietaria del medio de investigación con mayor credibilidad del país, Ziarul de Garda. Nos cuenta que allí no hay mucho espacio para medios de comunicación libres.
"Si entras en cualquier casa en un pueblo y enciendes la televisión verás que hay de veinte a cuarenta canales rusos, de Moscú, con toda la propaganda. Encontrarás dos o tres canales moldavos, casi todos controlados por políticos y por el presidente Dodon".
Dodon tiene a su favor los créditos e inversiones rusos de estos años. Sandu, respaldada por Bruselas y Washington, no cuenta con esa baza. Ya ha denunciado presuntos planes de fraude electoral por parte de las autoridades.