El adelanto electoral no calma a los manifestantes contra el primer ministro israelí

La sombra de la corrupción persigue al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, como recuerdan las miles de personas que sábado tras sábado, protestan a las puertas de su residencia oficial en Jerusalén.
Acusado de presuntos delitos de fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos, esperan que la vista oral del juicio entre en la fase de presentación de las pruebas.
El anuncio de nuevas elecciones anticipadas para el próximo mes de marzo, que serán las cuartas en dos años, no ha calmado a los manifestantes que reclaman su dimisión inmediata.
Su gestión de la crisis del coronavirus, que muchos critican por los contínuos confinamientos, son otro de los caballos de batalla.
No obstante, Netanyahu espera sacar provecho de la exitosa campaña de **vacunación.**Y es que el 11% de la población ha recibido su primera dosis.