El presidente entrante deberá gobernar en uno de los momentos más difíciles imaginables, con una crisis política, económica y sanitaria que devasta el país. Asimismo, tiene la dura tarea de reconciliar a una nación profundamente polarizada.
Hace unos meses atrás, Joe Biden era simplemente la esperanza de los demócratas en las elecciones presidenciales. Ahora, el político de 78 años, se convierte este miércoles en el nuevo presidente de Estados Unidos.
El ascenso de Biden a la cúspide de la política estadounidense no podría contrastar más con el de su predecesor, Donald Trump: una carrera casi intachable y consistente que fue construyéndose dentro de las filas del Partido Demócrata. Desde sus modestos comienzos en Scranton, Pensilvania.
Biden se graduó en Derecho en la Universidad de Delaware y trabajó brevemente como abogado antes de dedicarse a la política. Se conviritó en uno de los senadores más jóvenes del país tras una sorprende victoria en 1972, el comienzo de una distinguida vida política de cuatro décadas en Capitol Hill. Una vida que estuvo a punto de descarrilarse por la tragedia, cuando su primera esposa y su hija Amy murieron en un accidente de coche.
Años más tarde, el infortunio de la muerte lo separaría de su hijo Beau, víctima de un turmor cerebral en 2015.
En 1987, su candidatura presidencial no tuvo éxito pero eso no impidió a Biden de postularse nuevamente 20 años más tarde, el año de Barak Obama que con un carisma arrollador le eclipsó. Pero Obama valoró su experiencia y lo eligió como su segundo al mando.
Impertérrito ante el escepticismo de muchos, entró a la contienda electoral por tercera vez para luchar por la nominación demócrata de 2020. Y después de un tímido comienzo se impuso frente a Bernie Sanders, su principal rival progresista.
Más adelante Biden no solo tuvo que enfrenatarse a sus compañeros de partido sino también los señalamientos del entonces candidato y presidente Donald Trump. Durante el último año ha tenido que enfrentar cuestionamientos sobre su edad y salud mental, y es que sus constantes lapsus han sido motivo de múltiples habladurías y un arma electoral en su contra. También porque debido a la pandemia, ha pasado gran parte de la campaña encerrado en su residencia de Delaware.
Además, con 78 años, será el presidente de más edad de la historia de Estados Unidos, lo que también ha puesto todos los focos sobre la vicepresidenta electa, Kamala Harris.
"Bienvenido a la carrera Sleepy Joe. Sólo espero que tengas la inteligencia, hace tiempo puesta en duda, para hacer una exitosa campaña de primarias. Será desagradable, tendrás que tratar con gente que realmente tiene ideas muy enfermas y dementes. Pero si lo logras, te veré en la puerta de salida", escribió Trump.
El equipo del líder republicano también intentó retratar al centrista azul como un réhen de la izquierda de su partido y desacreditarlo con las supuestas irregularidades en los negocios de su hijo Hunter en Ucrania.
Biden se puso los guantes para los debates presidenciales. Pero el público estadounidense vio como el encuentro se convertía rápidamente en un circo mediático.
Dos personalidades totalmente opuestas, el rostro de un país fracturado en dos. Sin embargo, el discruso de Biden se impuso frente al de Trump.
Ahora Biden deberá gobernar en uno de los momentos más difíciles imaginables, con una crisis política, económica y sanitaria que devasta el país. Asimismo, tiene la dura tarea de reconciliar a una nación profundamente polarizada.