Miles de votantes han pedido ser eximidos de la obligación.
El coronavirus pone en jaque las elecciones autonómicas catalanas.
Estos ciudadanos hacen cola para solicitar quedar exentos de la obligación de ser vocales o presidentes de una mesa electoral por miedo a contagiarse. Ya lo han hecho más de nueve mil personas. A pesar de las estrictas medidas sanitarias, muchos de los 82.000 votantes convocados a las urnas no se sienten seguros. Y tienen sus razones.
"No sé ponerme un EPI, mi suegro tiene cáncer..."
"No me he puesto un EPI en mi vida, no sé ponérmelo ni sé quitármelo", comenta una mujer.
"Mi suegro vive con nosotros y recibe quimioterapia", cuenta esta chica.
Evitar multas y penas de cárcel
Cada vez más gente pide certificados médicos que los liberen de posibles penas de prisión de tres meses a un año o multas de 1800 euros por no acudir si son elegidos para la tarea.
En la ciudad de Barcelona los componentes de las mesas electorales estarán provistos de equipos protectores con gafas y pantallas faciales y contaran con termómetros y gel antiséptico.
Puede que hasta el mismo catorce de febrero no se sepa si las ausencias impedirán la viabilidad de los comicios.