Familias rotas a las puertas de la prisión de Guayaquil, uno de los tres centros penitenciarios ecuatorianos que el martes fueron escenario de un sangriento enfrentamiento entre bandas rivales que ha dejado decenas de muertos. Al menos 75, pero podrían ser muchos más...
Familias rotas a las puertas de la prisión de Guayaquil, uno de los tres centros penitenciarios ecuatorianos que el martes fueron escenario de un sangriento enfrentamiento entre bandas rivales que ha dejado decenas de muertos. Al menos 75, pero podrían ser muchos más. También hay numerosos heridos. Para muchos de los cientos de familiares de reos que pasaron la jornada en el exterior de los penales, lo ocurrido no era ninguna una sorpresa:
"Todo el mundo sabe que los presos tienen teléfono. Y nuestros hijos nos comunicaron en la noche, todos los días, que estaban en peligro, que en cualquier momento se iban a alzar. Y miren, dicho y hecho", lamentaba entre sollozos la madre de un reo.
Los enfrentamientos empezaron el lunes por la noche de forma casi simultánea en los hacinados penales de Guayaquil, el Turi y Cotopaxi, que albergan cerca del 70% de la población carcelaria de Ecuador. Desde hace semanas se intuía que algo iba a pasar tras quedar descabezada la banda criminal que controlaba hasta entonces los patios de las prisiones.
Los enfrentamientos se produjeron entre "dos grupos tratando de controlar el liderazgo delictivo en el interior de los centros de privación de libertad", resumía el jefe de prisiones, Edmundo Moncayo.
Casi un millar de policías y agentes especiales fueron enviados a las cárceles para sofocar los disturbios, que duraron hasta bien entrada la tarde del martes, aunque familiares de presos aseguraban que aún había focos activos. Un trasiego de ambulancias llevó heridos a los hospitales hasta bien entrada la noche.
No es la primera vez que se producen motines carcelarios en Ecuador, aunque nunca habían alcanzado esta magnitud. En palabras del Defensor del Pueblo, lo ocurrido fue una "masacre sin precedentes". Las presiones ecuatorianas fueron concebidas para 27.000 reclusos, pero albergan alrededor de 38.000.