Estallido de violencia en Irlanda del Norte | Inquietud y condenas políticas. Unionistas y republicanos del Gobierno regional han rechazado este jueves al unísono la violencia desatada estas últimas noches en el marco de la tensión provocada por el Brexit
En Londres, en Dublín, en Bruselas, en Belfast... La inquietud crece ante el estallido de violencia en Irlanda del Norte, en un clima de tensión agudizado por el Brexit.
Desde hace casi una semana, en áreas protestantes de la región, decenas de personas protagonizan cada noche actos de vandalismo y enfrentamientos con las fuerzas del orden, que ya han dejado medio centenar de policías heridos y daños importantes. Este miércoles fue incendiado un autobús urbano en Belfast.
Condena unánime de unionistas y republicanos del Gobierno norirlandés
Unionistas y republicanos del Gobierno de Irlanda del Norte han condenado este jueves al unísono la violencia.
"Las escenas que hemos visto durante esta última noche y en las anteriores en varias partes de Irlanda del Norte son totalmente inaceptables -dijo la ministra principal de Irlanda del Norte, la unionista Arlene Foster-. No puede haber lugar en nuestra sociedad para la violencia o la amenaza de violencia, y debe terminar. Al igual que estuvo mal en el pasado y nunca se justificó, está mal ahora y no puede justificarse".
_"Como líderes políticos, debemos permanecer unidos en el llamamiento a todos los implicados para que se abstengan de nuevas amenazas o del uso de la violencia. Solo a través de la política democrática podemos resolver nuestros problemas", _subrayó Michelle O'Neill, vicepresidenta del Sinn Féin y viceprimera ministra del Gobierno de Irlanda del Norte.
Tensión en aumento desde enero y la entrada en vigor de las condiciones del Brexit
La tensión crece desde que en enero entraron en vigor las nuevas condiciones del Brexit y se estableció una frontera comercial entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, percibida por miembros de la comunidad protestante como una traición política.
El miedo latente es que peligre el Acuerdo de Paz de 1998, que puso fin a un conflicto de treinta años que dejó más de 3 500 muertos en Irlanda del Norte.