Las autoridades rumanas contra la contaminante quema de cables con la que sobreviven los más pobres

Pobreza y contaminación en Bucarest.
Las autoridades rumanas intentan acabar con la quema de restos de desechos con la que las comunidades sin recursos intentan ganarse la vida. Como la de este asentamiento gitano en Vidra, a las afueras de la capital.
Una nube de humo tóxica sobre Bucarest
Octavian Berceanu, nuevo director de la agencia de protección medioambiental, hace una ronda por la zona.
"Es un gran problema porque queman cables para obtener el metal de dentro. Tenemos un montón de humo, las partículas de humo son llevadas por el viento a más de quince kilómetros de distancia. Es como una lluvia de partículas sobre Bucarest que está arruinando la calidad del aire en la capital".
Una forma de buscarse la vida
Pero Mihai Bratu vive sin agua corriente ni servicios sanitarios. Y quemar restos de neumáticos, ordenadores o cables es la mejor forma que se le ocurre para mantener a su familia.
"Tratamos de ganarnos la vida aquí con desechos de metal, con cualquier cosa que podamos encontrar, metal, vidrio, para criar a nuestros hijos. Vendemos el metal a gente que quiere comprarlo. Somos pobres ".
Mafias que se lucran a su costa
Las autoridades denuncian la existencia de un mercado ilegal de metal gestionado por mafias que se enriquecen a costa del trabajo de estos nuevos esclavos.
Este mes requisaron una furgoneta con cinco mil kilos de cobre ilegal, valorados en unos cuarenta mil euros.