Podría producir inmunidad en la mucosa, aunque el Centro Chino de Control de Enfermedades reconoce que su eficacia es mucho más baja que la de las inyectables.
La próxima semana comenzarán en China los ensayos clínicos de una nueva vacuna contra la COVID-19 que se inhala. Desarrollada por la biofarmacéutica Cansino Biologics, su uso de emergencia ya ha sido aprobado por Pekín. Aunque, el Centro Chino de Control de Enfermedades reconoce que su eficacia es mucho menor que las de otras fórmulas como Pfizer o Moderna.
Un nebulizador atomiza la vacuna en partículas diminutas que entran a las vías respiratorias que podrían quedar inmunizadas creando una primera barrera contra el virus.
"Si la vacuna es inhalada a través de un aerosol, puede crear inmunidad en la mucosa", asegura la epidemióloga Chen Wei. "La combinación con las inmunizaciones humoral y celular es considerada actualmente el mejor estado logrado por una vacuna de COVID-19".
Según Chen, entre sus ventajas, esta vacuna solo necesita un quinto de la dosis de una inyectable y no requiere ser envasada.