Una caravana de hombres armados avanza libremente por una carretera de Michoacán, en el oeste de México. Dicen ser cultivadores de aguacate levantados contra el asedio de las bandas de narcotraficantes del crimen organizado, cuya violencia se ha vuelto a recrudecer en todo México.
Una caravana de hombres armados avanza libremente por una carretera de Michoacán, en el oeste de México.
Dicen ser cultivadores de aguacate levantados contra el asedio de las bandas de narcotraficantes del crimen organizado, cuya violencia se ha vuelto a recrudecer en todo México.
Armados con fusiles y rifles, los encapuchados patrullan entre las plantaciones del municipio de Ario de Rosales, donde mantienen puntos de control y han levantado trincheras y barricadas.
El balance final de la ausencia de Estado durante decenios es la existencia de unas doscientas organizaciones de narcotraficantes armados en México.
Los críticos del gobierno de Andrés Manuel Lopez Obrador le acusan de optar por no combatir frontalmente a los cárteles, entendiendo que es una interferencia en su agenda social.
La estrategia de "abrazos, no balazos" propiciaría un traslado de la autoridad del estado a los peculiares caciques locales.
Para el presidente mexicano los grupos de autodefensa ciudadanos acaban por convertirse "en fachada de criminales".
Se estima que en México hay medio centenar de grupos de ciudadanos que han formado organizaciones vecinales de autodefensa.