La pandemia mundial y la crisis económica ayudan a empeorar la situación en un año, con hasta 161 millones de personas más sufriendo de subnutrición.
La pandemia de la COVID-19 ayuda a disparar las cifras de hambre en el mundo. Así lo recoge un nuevo informe de Naciones Unidas, que afirma que en 2020 se produjo un dramático empeoramiento de la situación, hasta el punto que durante ese año sufrieron de subnutrición entre 720 y 811 millones de personas, es decir, 161 millones más que en 2019. Se trata casi del 10 por ciento de la población mundial.
Máximo Torero, economista jefe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultrura (FAO), destaca como "en Asia hay 418 millones de personas más subalimentadas, y en África alrededor de 282 millones. En América Latina también hemos visto un aumento que llega hasta 9,1 por ciento de población subalimentada".
Los conflictos bélicos, las condiciones climáticas extremas y las recesiones económicas son los principales factores que impulsan el hambre. FAO insta por tanto a los responsables políticos a tomar medidas que incluyan desde la integración de las políticas humanitarias, de desarrollo y de construcción de la paz en las zonas de conflicto a la mejora de la resistencia al clima en todos los sistemas alimentarios, pasando por una adecuada intervención a lo largo de las cadenas de suministro para reducir el coste de los alimentos nutritivos.
La FAO advierte también que se necesitará un enorme esfuerzo para que el mundo cumpla su promesa de acabar con el hambre para 2030, ya que actualmente las previsiones para entonces son de 660 millones de personas pasando hambre en el planeta.