Desde las principales figuras políticas del país hasta el secretario genral de la OTAN, han llamado a acabar con el extremismo, al que el Rey Harald ha hecho referencia como "fuerzas oscuras"
Noruega cerró este jueves con una emotiva ceremonia la conmemoración de los atentados del 22 de julio de 2011 perpetrados por un militante de extrema derecha, en los que murieron 77 personas.
Desde las principales figuras políticas del país hasta el secretario genral de la OTAN, han llamado a acabar con el extremismo, al que el Rey Harald ha hecho referencia como "fuerzas oscuras": "Tengo la esperanza de que podamos ayudarnos mutuamente a vivir las lecciones del 22 de julio cada día, en todo lo que somos y hacemos. Al mismo tiempo, debemos reconocer que, como sociedad, no hemos hecho lo suficiente para ver, para ayudar, para llevar la carga juntos y para contrarrestar las fuerzas oscuras. Esto me entristece".
Después de colocar un coche bomba en la capital, Oslo, el ultra de extrema derecha Anders Breivik llegó a la isla de Utoya donde se celebraba un campamento de verano del Partido Laborista. Allí empezó una matanza que se alargó más de una hora, y en la que asesinó a 67 personas.